jueves, 19 de mayo de 2016

¿TANTO INFLUYE LA TECNOLOGÍA EN NUESTRAS VIDAS?



Hoy más que nunca es necesaria una ética que estudie la relaciones entre humanos y tecnología. Para que ésta en lugar de ser una amenaza se convierta en una aliada del ser humano y de su crecimiento espiritual.

Desde mi punto de vista, la relación entre las personas y la tecnología me parece cada vez más interdependiente, por una razón: la tecnología aparece cada vez más asociada a la acción humana.
Estamos ante el peligro de la sustitución del mundo natural por otro artificial.
Algo que también debería de destacar en esta entrada es que la tecnología cada vez nos está aislando más; disminuyendo la comunicación entre las personas. Hay una frase muy conocida del  filósofo Aristóteles que es "El hombre es un ser social"; y es verdad solo que en la sociedad actual somos sociables, pero sólo mediante las redes sociales. Un estudio de la OMS confirma que un 96% de los jóvenes de todo el mundo utiliza la tecnología a diario.
En la película I Robot (Yo Robot) se cuenta que la dependencia del ser humano con la tecnología cada vez es mayor porque, por ejemplo, en vez de tener un compañero de piso, señora del hogar, lo que se tienes es... un robot. Will Smith (el protagonista) está en contra de ello y decide cambiarlo.
En conclusión: en esta entrada os quería informar de que la tecnología avanza y va introduciéndose cada vez más en nuestra vida diaria. Internet, las redes sociales, la conectividad y los dispositivos móviles nos llevan a un mundo cada vez más conectado, lo que ha generado un importante cambio en nuestra forma de relacionarnos y de comunicarnos.
No os extrañéis porque en un blog de perros (como es éste) se esté hablando de esta cuestión. Es muy serio y hay que solucionarlo, a pesar de que la tecnología va avanzando cada vez más y más.
Aquí, como siempre, os dejo un vídeo de cómo influye la conectividad a internet en toda la familia.

 

(Lo siento por la mala calidad del vídeo).



jueves, 28 de abril de 2016

¿PROBLEMAS CON LA COMIDA?



Cuántas veces nos habremos llevado las manos a la cabeza ante la desesperación de ver que nuestro perro no come cuando tiene que comer, comen rápido, siempre están comiendo….en fin. Te sorprenderías si te digo que no eres la única persona con este problema.

Aquí os dejo algunos consejos para intentar eliminar estas manías en nuestro perro.


Si come Demasiado Rápido

Casi todos los perros que conozco comen con un ansia como si llevaran toda una vida sin haber ingerido ningún alimento. No mastican y parece como si se fuesen a atragantar o hacer una bola en el estómago que les pueda provocar una obstrucción intestinal. Puede ser peligroso, así que debemos tomarlo en serio y buscar soluciones.
Se le puede dar la comida en un plato más grande, el equivalente a un segundo de los nuestros pero en grande.
-Puedes ponerle una pelota grande justo en el centro del plato, así tendrá la necesidad de ir apartándola para escoger la comida y lo hará más despacio, le llevará más tiempo.
-Lo más recurrido, o lo que solemos hacer muchas veces, darle la comida en la mano. Provocamos en él la necesidad de esperar a que le demos la comida, pero esto puede caer en un mal hábito acostumbrando a que nuestro perro sólo coma de nuestra mano.

Come todo el día.

Depende única y exclusivamente de nosotr@s y por ello debemos ser muy observadores y marcar límites. Después de que haya comido le retiramos el plato. Si no ha comido mucho, intentaremos darle de comer después de unas horas. Una vez observemos que sí come, le retiramos el plato hasta la próxima vez que le toque comer. Debemos procurar que sus comidas sean constantes, a la misma hora.

Se Niega a Comer

Seguro que en algún momento has dicho, “si no come ahora, ya comerá después”. Si que es verdad, que en la mayoría de los casos, comen porque terminan teniendo hambre. ¿Pero qué ocurre cuando se niegan a comer? Buscar posibles causas, prioridad.
Cambio del pienso, cambio de casa, nuevo comedero, situaciones de estrés. Si esto se da, mejor que lo llevemos al Veterinario para averiguar motivos, ya que en muchas ocasiones, la falta de apetito suele ser el primer síntoma de que algo no va bien.