El
Yorkshire Terrier es una raza canina producto de la combinación
de terrier escoceses e ingleses, que se originó cuando una parte de
la población de Escocia se vio desplazada, debido a la Revolución Industrial,
y se asentaron en Inglaterra.
La cría
del Yorkshire terrier fue realizada principalmente por trabajadores (en su
mayoría de los molinos o fábricas de algodón y lana) en los condados de
Yorkshire y Lancashire.
Lo que
se sabe es que la raza surgió de tres perros diferentes, un macho llamado Old
Crab y una hembra llamada Kitty, mientras que el nombre de la tercera
hembra se desconoce.
Durante
la Era victoriana, la raza fue popular como mascota y perro de
exposición en Inglaterra. Su primera aparición en una
exposición canina tuvo lugar alrededor de 1880, e inmediatamente encontró una
gran aceptación en el público, llegando a ocupar el primer lugar en las razas
inglesas y convirtiéndose en uno de los perros de compañía más difundidos
en todo el mundo.